Las autoridades del Municipio de Rurrenabaque constituyeron el monumento a El Balsero y la fauna, en la zona de Los Sauces y la Isla Grande de la ciudad, para homenajear al hombre y la mujer porteña dedicada a la producción y actualmente al turismo.
El escultor y pintor Yoshiro Otha Batte, de raíces asiáticas y boliviano, fue quien esculpió por al menos tres meses el monumento icónico de la ciudad porteña de Rurrenabaque, en el Departamento del Beni.
El Balsero data de los años 1844 cuando el explorador Agustín Palacios, remitió una carta al presidente José Ballivián, reportando que el río Beni es navegable solamente con las balsas ligeras y angostas por la estrechez del afluente amazónico, según el relato del historiador beniano Guillermo Nogales.
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La danza de El Balsero fue creada, en 1997, por el profesor Mario Legrand para una farándula del colegio Obispo Juan Claudel y su colega Mayra Escalante donde pusieron a una niña sobre una balsa oleada por jóvenes porteños, que posteriormente fue perfeccionándose y llegó hasta los escenarios de otras regiones del país.
Las autoridades locales también dieron nueva imagen a las placas identificatorias del ingreso a Rurrenabaque y al puerto de la ciudad porteña como regalo para los festejos a la Virgen de La Candelaria y en conmemoración al 179 aniversario de la Perla Turística del Beni.